Rincones por descubrir

Aunque las costas andaluzas están en su mayoría plagadas de turistas y, a menudo, de grandes moles de hormigón de los años 70 o complejos hoteleros al más puro estilo kitsch, aún quedan algunos pequeños paraísos escondidos, casi salvajes, como esta calita perdida en la costa gaditana.

Lo más lógico sería pensar que el difícil acceso y especialmente la ausencia de grandes autovías son los pricipales motivos de la exsistencia de estos edenes perdidos. Pero ¿de qué lado situarse?

Como turista, se agradecería por supuesto evitar los horribles atascos que se forman y el peligro de las carreteras casi sin arcenes, pero ¿no se agradece también encontrar una playa casi desierta y limpia en la que el mar solo traiga algas a la orilla?

Y parecido pasa como residente habitual. Es normal que algunos vean la necesidad de mejorar los accesos, pero tampoco es extraño encontrar carteles de "¡No queremos autovía!"

Y es que a todos nos gustaría evitar que los parajes naturales que aún quedan se conviertan en futuros Torremolinos o Benidorms, pero ¿cómo llegar a un compromiso entre desarrollo y Naturaleza?