Si sois internautas asiduos, seguramente conozcáis la historia. Una chica, de nombre Tiffy Toodlepoo, se va de vacaciones a la playa con unas amigas, se hace unas fotos (algunas bastante artísticas) y se le pierde la cámara. Entonces, alguien se la encuentra y, al ver la naturaleza de las fotos (o quizás la naturaleza de la chavala), decide que tienen que encontrarla para devolvérsela.
¿Y cómo piensa hacerlo? Pues crea un perfil en Facebook y sube sus fotos, esperando a que la chica se busque a sí misma desde donde esté.
Un poco extraña la historieta,¿no? Pues era el rumor del momento en Internet, se hablaba de la chica en blogs, foros, redes sociales... Parece que, finalmente, todo ha sido un golpe de marketing viral de la compañía. Dicen que unos 17 000 internautas se registraron únicamente para poder ver las fotos de la chica (que no tienen desperdicio), que finalmente era una modelo profesional de páginas de servicios para adultos.
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